A mediados de enero y durante cinco semanas he estado efectuando labores de cooperante en el centro de salud de las Hermanas del Amor de Dios en Tablada (Perú). Comunidad con la que habitualmente colaboramos desde España a través de la Federación Niños del Mundo.
Ubicado en una zona pobre cercana a Lima, proporciona especialidades muy concretas y unos precios muy ajustados a los salarios del país. Combinan la medicina tradicional con la natural, con aceptables resultados, atendiendo al año a unos 25000 pacientes.
Durante mi estancia, he colaborado en las labores de aprovisionamiento y colocación de almacenes, recogida de productos desde otras organizaciones como Cáritas, que recibe desde España a través de la ONG-Madre Coraje (Sevilla) un sin fin de envíos, compras de material sanitario, e incluso he ayudado al informático en el desmontaje de ordenadores para aprovechar las piezas y poder montar CPU funcionales.
Con una religiosa de la comunidad tuve oportunidad de acercarme a una comunidad asentada en uno de los cerros limítrofes con Tablada, donde una cooperativa, avalada por una ONG italiana, comercializa artículos textiles. Durante estas cinco semanas hemos hecho entrega de productos procedentes de España en varios barrios cercanos a Lima.
También visité el centro Anna Margottini, una casa de salud donde proporcionan diversos tratamientos de medicina natural, algunos de ellos francamente rudimentarios pero muy interesantes y con un gran potencial.
La experiencia ha sido muy positiva, un país de muchos contrastes y con mucho por hacer. Desde estas líneas quiero agradecer, nuevamente, la amabilidad mostrada por todas las personas que han estado conmigo durante este tiempo.